Leche de burra

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Leche de burra

La leche de burra es la que procede de las burras o asnas.

Conocida es la reputación de la que ha gozado esta leche contra la tisis, ciertas irritaciones intestinales y diversas afecciones nerviosas. Es muy semejante a la de mujer, aunque más ligera; contiene menos nata y cáseo que la de vaca, pero más materia azucarada; es temperante, un poco laxante, etc. Su uso se ha extendido desde los antiguos griegos hasta nosotros. Según refiere Juvenal, Popea, mujer de Nerón, llevaba en su comitiva quinientas burras nodrizas para bañarse en su leche.

Para obtener leche de calidad es esencial escoger una burra joven, sana, limpia, que haya parido hace poco, privada de su borriquillo y bien alimentada. Esta leche no ha de dejarse enfriar ni exponerla por mucho tiempo al aire, porque se altera muy pronto.

Poco se sabe de los primeros años de la vida de Cleopatra, pero sí se sabe que para cuando subió al trono de Egipto, a los apenas 18 años, ya había desarrollado una belleza conmovedora, en parte gracias a su impecable genética, pero en parte también a los baños que tomaba. La historia cuenta que uno de los secretos de belleza de Cleopatra era tomar baños de leche de burra. Sus beneficios eran muy conocidos por los griegos y los egipcios, quienes fueron los primeros en darle un uso cosmético.


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